En esta ocasión el trabajo consistía en cubrir los muros del
solárium y las terrazas de esta moderna construcción.
Pero el cliente quería que los cubremuros fueran al encuentro de las tapas que cubrían las
pilastras, de manera limpia y sin ingletes. No como aparece en la siguiente foto.
Se propuso como solución un cubremuro de 6 cm de altura, que logra más definición visual,
en vez de una base de 4 cm que pasa demasiado inadvertida, como se demuestra en esta foto
tomada en otra casa cercana.
La proposición de esta pieza radica directamente en su función, ya que el goterón
ayudará a mantener la fachada blanca y limpia durante más tiempo, gracias a que
el agua de lluvia, precipitará sin recorrer las paredes y sin mancharlas.
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